Con una hoja de amortiguación de camión, rigidizada con dos barras de acero inoxidable en un trozo de madera de eucalipto en bruto, para su estabilidad.
No es cosa de llegar y escribir. No es cosa de comprar, consumir y desperdiciar. No se trata de ser profitadores y quedarse de brazos cruzados. La mayoría hace eso, aunque existen unos pocos que desean hacer algo, por muy poco o grande que esto sea. Posiblemente, desde aquí surge la necesidad de construir el callejón reciclo, entregando un espacio donde aquéllos que realmente estén interesados en hacer algo vayan y hagan algo, permitiendo la apertura de espacios de discusión necesarios en una ciudad que se cubre las pantorrillas con tanta basura. Sin embargo, no existe ninguna necesidad de hacer cosas por hacer sin mediar un diseño, una estética, una funcionalidad, en el fondo un concepto que es a todas luces interesante y atractivo por las proyecciones que tiene en el campo de la creación y la discusión
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